Seguramente muy pocos antusos sabrán que en Antas tuvimos un gran pirotécnico. Si, así como suena. Era muy bueno, y sus trabajos con la pólvora eran espectaculares.
Era “Frasquito el Querellas”. Hace tiempo que ya no está entre nosotros, pero es una pena que su memoria haya quedado en el olvido. Bueno, tampoco quiso él hablar de ese tema. Hubo un día que dijo de no hacer más pólvora y en paz, y se refugió en su trabajo de albañil.
Como sabéis yo estoy dispuesto a rescatar de la historia a la gente buena y trabajadora que han pasado por nuestro pueblo. Y Frasquito era una buena persona. Era un hombre serio y muy formal, un hombre de su casa y de su trabajo, amigo de sus amigos y con las ideas muy claras.
Fueron precisamente sus ideas las que influyeron en su vida para dejar la pirotecnia, las envidias y las trabas de los que estaban en el poder en aquel momento fueron los que le hicieron dejar su gran trabajo, y perdimos un artista. Así somos de crueles.
Yo era niño cuando vi los primeros trabajos de este hombre: el tren, el castillo, los hombres y mujeres de caña, …. Y todos se quedaron en su casa un día.
Era bastante mayor que yo, pero me impresionaba la seriedad de este hombre en su mesa del casino, en el rincón del bar de Alfonso. Su partida, sus amigos, su chatillo de vino…. Nunca se metió con nadie. Una vez que perdió a su mujer, apenas salía de su casa.
Es una pena que nadie de su familia haya continuado con la tradición de la pólvora. Aunque parece que la que más le ayudó en su momento fue la mayor de sus hijas.
He preguntado a algún yerno y nietos por Frasquito, pero ninguno quiere hablar de ese tema; unos porque no lo conocen y otros porque me da la sensación que hay mucho dolor aún. Solo quiero recordar a un hombre bueno y honrado, un hombre trabajador y fiel a su familia, a sus amigos, a sus ideas. Su familia debe estar orgullosa de este padre y abuelo.
Ahora cuando leo eso de la memoria histórica, me acuerdo de personas como Frasquito. Si él estuviera aquí diría que vamos a trabajar, a tomar un vaso de vino bueno y a vivir en paz. Bastante daño se le hizo a su generación y a la nuestra, pues las secuelas de la guerra las tuvimos que vivir, y ahora no queremos “revivir”.
Frasquito Querellas, gracias por hacernos a los muchachos de entonces soñar con un cielo lleno de colores y de luz.