lunes, 30 de abril de 2012

Ginés "el del cine" de Antas

Quiero comenzar mis recuerdos por alguien que supo alegrarnos muchas noches de nuestra juventud y primeros años de casados, me refiero a “Ginés el del cine”.
El nunca aparecía por la terraza primero y luego por el cine, siempre estaba arriba con las máquinas; preparando, cortando, uniendo…. Sabíamos que estaba pero no se le veía. Lo veíamos ir con la moto a Vera a por las películas, y luego a llevarlas, creo que a Palomares. A veces, cuando iba o venía, paraba en El Real, en la finca que tenía de naranjos a trabajar, pero siempre en silencio.
Era mayor que yo, pero jamás le oí criticar o censurar a nadie, y eso que veía cosas que no le gustaban mucho. Disfrutaba enseñando a su hijo Juan Diego (q.e.p.d) cómo tenía que poner y quitar las películas.
A él le debemos la existencia del “Cine san Juan” de Antas. En aquel momento fue una gran inversión, se arriesgó mucho, y de ahí que tuviera que tener también los electrodomésticos y otros trabajillos. Era un hombre luchador. Cuando decidió invertir en el cine, no eran tiempos buenos, ni económicos, ni sociales, ni para el cine; pero fue un ejemplo para todos.
Desde aquí mi pequeño homenaje a Ginés. Gracias en nombre de Antas.

sábado, 28 de abril de 2012

He vuelto.


¡Cuánto tiempo hace que quiero volver y no me atrevo!

Hoy por fin me he decidido. Y espero no cansarme.



¿Dónde he estado? ¿por qué tanto tiempo? ..... A veces la vida no es tan agradable como quisiéramos. Hay problemas que no sabemos cómo superarlos.



Tengo la suerte de tener gente en este pueblo que me quiere y a los que quiero. Gracias a ellos he conseguido superar las dificultades que alguien puso en mi camino. A todos las gracias. A unos porque siempre estuvieron para acompañarme; a los otros, también las gracias, porque me hicieron sentir, que a pesar de la edad, tengo fuerzas para caminar con la cabeza alta.



No consigo entender qué adelantamos con hacer daño a los demás.



A partir de hoy seguiré escribiendo de la gente que conocí. Siempre con respeto y admiración, para que no caigan en el olvido.



Gracias por todas las muestras de apoyo que me habéis dado. A veces no os dabais cuenta y hablabais del abuelo y su silencio, y yo estaba a vuestro lado. Gracias de verdad y desde un corazón cansado, que no triste.