sábado, 28 de marzo de 2009

Pepa: madre coraje



Quiero hacer desde aquí un homenaje a una mujer de Antas que hizo de su vida una muestra de amor impresionante. Me refiero a “Pepa la Rabota”. Murió hace años y muchos quizás no la recuerden, pero fue un ejemplo de madre coraje.
Tenía una tienda de comestibles en la calle que baja de la capilla de las monjas y antes de llegar al bar del Jumilla. Era una mujer guapa, simpática, amable… Llegaras cuando llegaras siempre atendía con una sonrisa.
Era viuda, pero sobre todo era madre. Su hijo estaba en cama desde niño y era el motivo y la ilusión de la vida de aquella madre. Pepa vivía para su hijo, lo cuidaba con un cariño que llamaba la atención. Su cama parecía un altar. Manolo no hablaba pero su mirada y sonrisa, eran para Pepa el mejor libro que podía leer.
Tenía una de las pocas televisiones que había en Antas, y su casa por la noche era como un gran salón en el que cabíamos todos, por las escaleras, en el suelo, en sillas o de pie, nadie se sentía extraño en aquella casa.
Gracias Pepa por enseñar desde el silencio a amar con tanta generosidad y con tanto esfuerzo.

5 comentarios:

Diego Zamora dijo...

Pepa vivía enfrente de mi casa. Recuerdo perfectamente todo lo que cuentas. Recuerdo además que su hijo se ponía especialmente contento cuando veía a mi primo Juan Ramón. Lo reconocía cada vez que íbamos desde Barcelona.

A. Blanco dijo...

A.Blanco.
Sinceramente, "Querido Abuelete Anonimo", llevo ya algún tiempo leyendo su entrañable blog, enhorabuena y salud que tenga muchos años para deleitarnos con sus historias de la vida. Sin lugar a dudas estas conmueven al mas pintao, además en estas fechas que estamos viviendo, donde varias chicas jovenes de nuestro querido pueblo están pasando por tragos parecidos y tendrán que ser un ejemplo, sobre todo para sus queridos hijos, ojala que Dios y nosotros seamos capaces de oir, desde el silencio de sus plegarias.

Anónimo dijo...

hola anonimo,no conocia a la señora pero si recuerdo su tienda como la de gloria que estava cerca,que le parece que despues de su bondad,le demos una doña muy grande.DOÑA PEPA.

Anónimo dijo...

El sábado le pude leer este comentario a mi madre y su comentario fue: no puede estar mejor descrito. Se emocionó al recordar esta historia. Gracias y por favor siga con esta encomiable labor de dar a conocer a estos personajes anónimos de Antas.

Anónimo dijo...

Hola abuelito de Antas,ya el abuelito de todos los antusos,pues te sigo con frecuencia,hay mas gente de la que puedas imaginar que te leen,comentamos y nos emocionamos juntos.su blog ha sido un exito y un revuelo maravilloso y casi que se podria decir que es hobby para los antusos leer que de nuevo nos cuenta el abuelo,pues creo que con usted he aprendido mas que en la universidad...y nos ha hecho recordad tantas cosas que ya teniamos olvidadas,cosas y personas como pepa,una gran mujer que apenas recuerdo bien pues era muy niña,pero siempre estaba sentada en su portalito de la tienda con el paquete puesto,que gran calle aquella...cuantos recuerdos,le doy las gracias por hacerme sentir viva,por enseñarme tanto,por hacer a mi mente recordar y gracias por tanta humanidad y sabiduria.
Abuelo un dia me gustaria que hablara sobre aquel señor que siempre estaba sentado en la moncloa,que ya murio hace unos años,no muchos...aquel hombre que a pesar de la tristeza que se reflejaba en su semblante,a pesar de aquellos ojos grisaceos tristes y siempre mojados...solo tenia para la gente buenas palabras,agrados,palabras bonitas para las mozas como yo,cuando pasaba por alli,siempre tan atento y educado,siempre tan servicial,pero siempre triste.no era un hombre feliz,le hablo de JUAN PALAÑO,que recuerdo que porque alguien se parara hablar con el siempre hacia las mismas preguntas, que hora es nenica? o, hay futbol hoy? realmente nada de aquello le interesaba,pero el lo preguntaba por hablar un ratito.

Me gustaria que algun dia lo mencionara en su blogs como tantas de esas personas que ya no estan y se echan de menos

UN BESO ABUELO,NUNCA DEJES DE ESCRIBIR.