En mala época he vuelto a escribir, sólo hay noticias
negativas sobre todo. De esta forma, pierde uno la alegría. Todo son problemas.
En la Moncloa, ya se sabe, nos quejamos por todo; en el Frandi, lo mismo; el
lunes en el mercado, igual; en el médico… aquí es mejor callar.
Fui ayer al médico a tomarme la tensión y a la prueba del
azúcar. ¡Vaya con la señora médico que tenemos! Yo no sé, pero un poquito de
respeto y trato agradable con todos, no sería mucho pedir; digo con todos los
pacientes, o sea, los contribuyentes que le pagamos. Pero claro está, tanto
estudiar y se olvidan de dónde vienen y quiénes son. ¡Qué lastima!
A lo que iba. Había un papel que decía: “UN político para
cada 100 españoles, y UN médico para cada 300. Ya sabemos dónde hay que
recortar”. Y es verdad. Tenemos demasiados políticos que viven de la política,
que viven de no hacer nada, y esos son los que están desangrando este país.
También tenemos médicos muy cualificados que deberían de trabajar un poco más.
Estoy de acuerdo en que se quiten políticos. A mi edad
pienso que la política es un arte bueno, que es necesaria para lograr el bien
común; pero tanto político la han convertido en una profesión de ineptos e
incompetentes. Esto puede generar dudas, pero si alguien me lee, y no está de
acuerdo, que se venga a la Moncloa y vea pasar a los que ayer nos gobernaron y
hoy están en la calle; y a los que estaban en la calle y hoy gobiernan. Todos
del pueblo, pero se olvidaron de “dónde vienen y quiénes son”, mientras cobran
del bolsillo de todos.
Como decía Bartolo el Semanita en una Junta del Agua: “quien
se coma el pollo, ya ….. las plumas”. Y qué razón tenía.
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