lunes, 5 de enero de 2009

Noche de Reyes






Esta noche es una noche de ilusión. Siempre lo fue y siempre lo será.

Las circunstancias han cambiado mucho, pero los niños de ayer somos los mayores de hoy, y en mi caso, los abuelos. Pero siempre, por años que pasen, he esperado con ilusión esta noche. Es mágica.

Cuando mis hijos eran pequeños me gustaba ver la cara de asombro con que abrían los juguetes. He de decir que eran repetidos. Sus Majestades sabían que se necesitaban cosas para el colegio, por eso, la mayoría de los paquetes traían material escolar. Alguna vez también portaban juguetes, pero eran escasos.

En mi niñez, el mejor regalo era el rosco amasado por nuestras madres y un poco de longaniza. Era un manjar, delicioso. Esperabamos con ansiedad que llegara el día, porque ese seis de enero, la rosca era para nosotros. ¡Qué tiempos Dios mío!

Alguien pensará que miro para atrás con nostalgia, y he de decir que no. Eran nuestros momentos, los que nos tocaron vivir, y de ellos aprendimos, vaya que si aprendimos. Lo primero que queríamos eran que nuestros hijos no pasaran por las mismas calamidades, por las mismas estrecheces que nosotros. Aprendimos a mirar la vida de cara, con coraje, con pasión, con alegría.

Nací en el año 35 así que imaginaros mis Reyes. Claro que no estaba la cosa para monarquías, ni siquiera de los Magos, pero es curioso, siempre hubo quien lo pasó bien. Y lo que más me llama la atención es que lo siguen pasando bien. Antes eran del Movimiento, y ahora son del otro Movimiento, da igual; gobierne quien gobierne, ellos siempre lo pasan bien. Eso si, en "la moncloa" siguen dando lecciones de igualdad, libertad, tolerancia... yo me voy a pasear. Siempre lo mismo.

Bueno, lo mismo no. Esta noche vendrá mi nieto y seguro que me sorprenderá diciendo que los Reyes Magos han puesto algo para mi. Y miraré con admiración, con los ojos llorosos, sabré que no habrá una rosca del horno de Lucía, ni longaniza hecha por mi madre, pero seguro que en un paquete habrá algo que me diga: TU PARA NOSOTROS ERES IMPORTANTE.

Y lloraré. Y daré gracias a Dios, y seguiré mirando la vida con alegría, porque si algo he aprendido a vivir en Antas, es a vivir con alegría, valorando lo pequeño y agradecer cada gesto de cercanía.
Gracias a los que me ayudáis a ello.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No he escrito antes ,sencillamente por que no conocía este blog.
Decir que me has emocionado es poco.Creo que has rendido un precioso homenaje a todos los abuelos .
Un abrazo